Los Órdenes del Amor en la vida cotidiana

Los Órdenes del Amor en la vida cotidiana

Sabemos que los Órdenes del Amor de Bert Hellinger son el fundamento en el trabajo de constelaciones. Lo que no es tan conocido es que estos mismos “principios” están presentes en las relaciones que establecemos cotidianamente. Distinguirlos nos permite saber cuando los estamos teniendo en cuenta y cuando los transgredimos lo cual produce sufrimiento para la persona y a quienes lo rodea.

Una situación cotidiana que a veces se presenta es cuando en una pareja uno de los cónyuges tiene como prioridad la familia de origen. Es quien se ocupa de los padres o de uno de ellos antes que de la pareja actual. Esto trastorna la relación actual y puede a la larga separar a la pareja. Cabe aclarar que no se trata de no ocuparse de los padres sino que es tener en cuenta quién tiene prioridad en esta etapa y cómo ejercerla.

Otra situación cotidiana es cuando un hijo es tomado en la relación entre los padres. Esto aparece de varias maneras: a veces es el hijo que siente que quiere o tiene que mediar entre ambos, en otras ocasiones son los padres que lo toman para que cumpla esa función. En otras situaciones es el hijo quien toma partido por uno de ellos.

En estos casos me parece importante distinguir entre el amor ciego y el amor que ve. El amor ciego es aquel que se sacrifica por el otro, lo cual trae mayor sufrimiento a la persona y al sistema y el amor que ve es aquel que le permite a la persona tomar sobre si lo que le toca y no lo deposita en otro miembro de la familia o en el caso de un hijo, poder respetar a los padres en su destino y dejar la situación de pareja con ellos.

Es importante el darse cuenta por parte del consultante. No se trata de desentenderse sino de descubrir qué lugar está ocupando en esa situación y poder recuperar el propio lugar o dejar con quien le toca lo que le corresponde.

Frases:

Cuando los Órdenes se cumplen el Amor puede fluir, este es un amor que ve al otro y deja y respeta a cada uno lo que le toca en la vida”.

Los hijos no deben inmiscuirse en la relación entre los padres y los padres no deben tomar a los hijos como parte de la conflictiva entre ellos”